top of page
Salva Rebelión 5.jpg

ACTUALIDAD

Actualidad. Pensamiento. Filosofía. Teología. Religión. Sociedad

La rebelión de los mendigos

“En días inicuos, el poeta prepara días mejores. Es el hombre de las utopías, con los pies aquí y los ojos en otro lado”. Víctor Hugo

 

P R E F A C I O 

El buen escritor es ante todo un buen observador. De la observación nace la necesidad de comunicar lo observado, de escribir y de leer a otros escritores-observadores. Desea conocer todas las miradas, ya que el arte de saber mirar le apasiona. Desentrañar los misterios del alma humana y de la vida, bucear, encontrar respuestas o quizá lo más interesante: suscitar preguntas. La rebelión de los mendigos plantea unas cuantas. El lector decidirá si le atañen o si las pasa por alto. La cita es en la plaza de las Alondras, de Villahermosa del Amanecer; réplica en miniatura de la villa global, y sitúa el foco sobre uno de nuestros mayores fracasos como conjunto evolucionado: la exclusión social. Es nuestra incapacidad, alentada por nuestro egoísmo, la que nos lleva a querer ocultar nuestras miserias, todo aquello que nos perturba, nos cuestiona, o simplemente nos molesta. Villahermosa del Amanecer vislumbra la oportunidad de erigirse en sede olímpica, y sus mandatarios deciden emprender un lavado de cara a toda costa. Para ello, quieren despejar de mendigos sus calles y plazas, antes de que tenga lugar la visita protocolaria del Comité Olímpico. Pero los mendigos de Villahermosa resultan ser bastante peculiares. Algunos de sus habitantes ya se han dado cuenta, y los sucesos que desencadenarán las maniobras políticas lo pondrán de manifiesto ante todos. De cuanto acontezca dará fiel testimonio Liberto González de la Vega, reportero de pro, quien recabando testimonios de aquí y allá logrará componer el relato auténtico, circunstancia que aprovecha el autor para utilizar el narrador múltiple y con él desgranarnos unas cuantas vidas de quienes tuvieron la suerte tan resbaladiza como un pez, tal cual la describió en su canción —de alusorio título— la banda española Gabinete Caligari. ¿Se hará justicia? Si echamos un vistazo a nuestras grandes ciudades la respuesta no podrá ser muy halagüeña para nosotros. Y concluyo hablando nuevamente del autor, que se crece en cada nueva obra, arropando a unos personajes que cautivan siempre. Conozco su espíritu compasivo, ese que lo acerca a los entresijos de nuestra especie, rebuscando entre la miseria los tesoros que allí se encuentran. Sacude las sombras y no ceja hasta destapar los reductos de luz. Son reductos, pero brillan con tanta fuerza en su literatura, que acaban por inundarlo todo, trayéndonos esperanza.

 

Acérquese, contemple esta hermosa plaza de las Alondras. Mire. Escuche. Reconozca. Participe. Espere. Viva.

 

 © Mariaje López

mendigo.jpg

“Escogimos la libertad al mismo tiempo que la justicia y, en realidad, en adelante ya no podemos escoger a una sin escoger a la otra. Si alguien os niega el pan aniquila al mismo tiempo vuestra libertad”. Albert Camus

 

 

B R E V E  N O T A  P R E V I A

 

Lo que comenzó como una simple crónica para el suplemento dominical de El Noticiero Temprano, ha terminado erigiéndose en una novela reportaje o en un reportaje novelado que narra unos sucesos tan increíblemente rocambolescos, que el lector desinformado es muy probable que los atribuya a la mente desaforada de un juntaletras fantasioso. No te equivoques, lector desinformado. Aunque resulte inverosímil, yo, Liberto González de la Vega, autor de La rebelión de los mendigos, certifico que la historia que me dispongo a narrar es tan disparatadamente real como la vida misma. Los literatos observadores sabemos muy bien que no existe sobre la faz de la Tierra nada más fantástico que la realidad contante y sonante.*

 

*Los sucesos que no he presenciado con mis atónitos ojos o escuchado inauditamente con mis propios oídos, me han sido revelados por fuentes dignas de todo crédito. He dispuesto además de vídeos, fotografías y grabaciones realizadas de matute. En líneas generales, he respetado el espíritu y la letra de las declaraciones de los sujetos que participaron en los acontecimientos que se narran. Solo me he permitido alguna licencia literaria para hermosear la prosa de esta crónica novelada. Palabra de Liberto González de la Vega.

8a0e00fa4d7326311d93b0c61ab2193c-sd.jpg

A M A N D A

 

Me llamo Amanda Blanco y estudio segundo de bachiller en el colegio público de Antonio Machado. Soy una de las decenas de estudiantes que se hallaban el lunes, día 15 de febrero, en la plaza de las Alondras cuando la Policía empezó a repartir palos. En un principio acudimos allí con la intención de prestar apoyo moral a Dickens el Cuentista, a quien Martín Martínez, inspector de la Policía local, pretendía llevarse arrestado por resistencia a la autoridad. Nuestra intención era permanecer allí con los brazos cruzados; pero, en cuanto vimos a los agentes agarrar sus porras y agredir uno de ellos a Dickens, decidimos secundar el ejemplo de Dolores, la Alegrías, quien, con las manos alzadas y las uñas a modo de garras, se interpuso entre los policías y Dickens. ¿Cómo íbamos a permitir que al bueno de Dickens, un ser humano maravilloso, lo vapulearan delante de nuestras narices? Ni hablar del peluquín. Eso sí que no podíamos consentirlo. Admiramos a Dickens, por muchas razones, sobre todo por su generosidad.

Cuando Paloma, la Escuchadora, se halla ocupada en sus asuntos, o sea, escuchando a alguna persona, y necesitas con urgencia que alguien te preste atención, ahí surge siempre Dickens, con los oídos bien abiertos. Solo te remite a uno de sus camaradas cuando se halla enfrascado en la redacción de alguna de sus geniales historias. Si no está faenando por esos mundos imaginarios del ‘Érase una vez’, te escucha pacientemente, no con tanto arte como Paloma, la mejor escuchadora que he conocido jamás, pero poco le falta, y además pone buena voluntad que, como muy bien dice mi abuela Paca, es lo que verdaderamente importa en nuestro quehacer como seres humanos. No he sorprendido a Paloma o a Dickens mirando de reojo el reloj ni una sola vez mientras les cuentas tus problemas. Todo lo contrario de lo que hacen casi todos los adultos de mi entorno, quienes parecen más pendientes de su futuro inmediato que del presente. Y el presente en esos momentos se supone que eres tú. (…)

homeless-face.jpg

“El hombre puede soportar monstruosidades concretas, siempre que sueñe con alivios abstractos. Lo que no puede hacer es vivir sin ninguna esperanza”. Miguel Torga

 

G A R G A N T A  P R O F U N D A

 

¿Me garantizas que no revelarás mi identidad a tus lectores? No me la juegues, Liberto, que me la juego… ¿Cómo? Bueno, de acuerdo, si propalas algún que otro chisme de alcoba sobre mí, me la jugaré todavía más, es cierto. No te soliviantes, amigo, por san Francisco de Sales te lo pido; ya sé que eres un hombre de palabra. Vaya por delante que, si bien el alcalde, en términos generales, es un sujeto despreciable; en lo que concierne a su faceta política, es un fenómeno. Él pasa de ética, moral y demás zarandajas, y va directo a la médula de la política, o sea, a la eficacia. Ha conseguido todos los objetivos que se ha propuesto hasta la fecha. Si no tuviera yo más de los cuarenta… ¿Cincuenta ya? De acuerdo. Los cumplo la semana que viene, haré como si los tuviera. Como te decía, si no llevara ya medio siglo dando tumbos por este mundo de Dios y el diablo, de mayor me gustaría ser como Joaquín Benjumea. Se empeñó en convertirse en el alcalde más joven de la historia democrática de Villahermosa del Amanecer, y lo ha logrado; ahora se le ha metido entre ceja y ceja que, en su segundo intento, Villahermosa del Amanecer se erija en una de las sedes favoritas a organizar los Juegos Olímpicos de verano, y no te quepa ninguna duda de que lo será. ¿Los mendigos? A esos Benjumea se los pasa por el forro de los cojones… (…)

EXTRACTOS DE LA OBRA:

 LA REBELIÓN DE LOS MENDIGOS

© Salvador Robles Miras

 

Editorial: TORRE DE LIS

Páginas: 258

Dimensiones: 21x15 cm

Idioma: Español

ISBN 9788412297003

bottom of page