Sinopsis:

A través de este libro queremos reforzar nuestra fe y confianza en el Ángel de la Guarda, un espíritu puro, superior al ser humano y creado por Dios para ayudarnos durante toda nuestra vida terrenal, desde que nacemos hasta nuestro fallecimiento. Incluso seguirá con nosotros si tenemos que estar una temporada en el Purgatorio y finalmente alcancemos el Cielo.

En una época como la actual en decadencia, con corrupción generalizada, falta de valores, soledad y donde prima sobre todo el dinero, la presencia del Ángel de la Guarda cobra toda su actualidad, no sólo por los grandes beneficios que recibimos de él a diario, sino porque tenemos siempre a nuestro lado a un “amigo” fiel, un compañero inseparable que nunca nos abandona, ni de noche ni de día, y nos protege del mal.

La Iglesia Católica considera una verdad de fe la existencia del Ángel Custodio. Seamos creyentes o no, todas las personas tenemos asignados un guardián divino para protegernos, es todo un privilegio y voluntad de Dios que así sea. Santos y santas a lo largo de la historia han contado sus experiencias con su Ángel de la Guarda, el cual nunca les defraudó. La historia del Arte ha representado a los ángeles de la guarda en pintura y escultura, como símbolos de protección celestial y de belleza inigualable; por este motivo hacemos un breve recorrido por las diferentes manifestaciones artísticas en pueblos y ciudades de España. Su imagen tradicional es verlos amparando a un niño pequeño (el alma humana) que está expuesto a numerosos peligros del cuerpo y alma; o también reflejados como custodios de reinos, ciudades y pueblos a los que libran de epidemias, invasiones y todo tipo de males. También se han representado en estampas devocionales, que han sido tradicionalmente un elemento de protección popular.

El libro recoge además numerosas oraciones dedicadas al Ángel de la Guarda o Ángel Custodio, cuya festividad litúrgica se celebra el 2 de octubre. ​